Crear y gestionar contraseñas seguras, sin morir en el intento
¿Sabías que las contraseñas son una de las principales barreras que protegen nuestra identidad y nuestra información en internet? Cada vez que accedemos a una cuenta de correo electrónico, a una red social, a un banco o a cualquier otro servicio en línea, usamos una contraseña para verificar que somos nosotros y no alguien más. Sin embargo, muchas veces no le damos la importancia que se merecen, y usamos contraseñas débiles, repetidas o fáciles de adivinar, que ponen en riesgo nuestra seguridad y nuestra privacidad.
¿Qué pasaría si alguien descubriera tu contraseña y accediera a tu cuenta de Facebook, por ejemplo? Podría ver tus mensajes, tus fotos, tus contactos, e incluso publicar cosas en tu nombre. ¿Y si fuera tu cuenta de Gmail? Podría leer tus correos, enviar spam, cambiar tu contraseña y bloquearte el acceso. ¿Y si fuera tu cuenta bancaria? Podría robar tu dinero, hacer transferencias, solicitar préstamos o tarjetas de crédito a tu nombre. Estos son solo algunos ejemplos de las consecuencias que puede tener el uso de contraseñas inseguras.
Por eso, en este artículo te vamos a enseñar cómo crear y gestionar contraseñas seguras, que te ayuden a proteger tu identidad y tu información en internet. Verás que no es tan difícil como parece, y que con unos pocos consejos y herramientas podrás mejorar tu ciberseguridad y tu tranquilidad.
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Cómo crear contraseñas seguras
Lo primero que debes saber es que no todas las contraseñas son iguales. Hay algunas que son más fuertes y otras que son más débiles, dependiendo de su longitud, su complejidad y su originalidad. Una contraseña fuerte es aquella que es difícil de adivinar o de romper por parte de los ciberdelincuentes, que usan diferentes métodos para intentar obtenerlas, como el ataque de fuerza bruta, el diccionario, el phishing o el espionaje.
Para crear contraseñas seguras, te recomendamos seguir estos consejos generales:
- Usa una combinación de letras, números y símbolos. Cuanto más variada sea tu contraseña, más difícil será de descifrar. Por ejemplo, en vez de usar
cuba123
, usaCub@1!2#
. - Evita palabras comunes, nombres propios, fechas o datos personales. Estos son los primeros que los ciberdelincuentes prueban, ya que pueden obtenerlos fácilmente de tus redes sociales, tu correo electrónico o tu documento de identidad. Por ejemplo, en vez de usar
pedro1987
, usap3dr0!98*
. - Usa frases o acrónimos que solo tú sepas. Una forma de crear contraseñas originales y fáciles de recordar es usar frases que tengan algún significado para ti, y convertirlas en acrónimos usando la primera letra de cada palabra, y añadiendo números o símbolos. Por ejemplo, en vez de usar
me gusta el chocolate
, usaM3gust43lch0c0!
. - Varía las contraseñas para cada cuenta o servicio que uses. No cometas el error de usar la misma contraseña para todo, ya que si alguien la descubre, podrá acceder a todas tus cuentas. Lo mejor es usar contraseñas diferentes para cada sitio web, y cambiarlas periódicamente.
Cómo gestionar contraseñas seguras
Ahora que ya sabes cómo crear contraseñas seguras, te preguntarás cómo puedes recordarlas todas, sin tener que apuntarlas o compartirlas con nadie. La respuesta es que puedes usar algunas herramientas o aplicaciones que te ayuden a generar y almacenar contraseñas de forma segura, como los gestores de contraseñas o los autenticadores de dos factores.
Los gestores de contraseñas son programas o aplicaciones que te permiten guardar todas tus contraseñas en un solo lugar, protegido por una contraseña maestra que solo tú conoces. De esta forma, no tienes que recordar todas tus contraseñas, sino solo una, y el gestor se encarga de introducirlas automáticamente cuando accedes a tus cuentas o servicios en línea. Algunos ejemplos de gestores de contraseñas son [LastPass], [Dashlane] o [KeePass].
Los autenticadores de dos factores son sistemas o aplicaciones que te piden una segunda prueba de identidad, además de tu contraseña, cuando accedes a una cuenta o servicio en línea. Esta prueba puede ser un código que te envían por SMS, por correo electrónico o por una aplicación, o una huella dactilar, un reconocimiento facial o una pregunta de seguridad. De esta forma, aunque alguien descubra tu contraseña, no podrá acceder a tu cuenta sin el segundo factor. Algunos ejemplos de autenticadores de dos factores son Google Authenticator, Microsoft Authenticator o Authy.
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